Israel sufrió dos reveses diplomáticos en Europa, mientras que los palestinos en Naciones Unidas establecieron un plazo de dos años para la desocupación israelí de las tierras capturadas hace casi medio siglo.
En Ginebra, la comunidad internacional propinó una hiriente reprimenda a la construcción de asentamientos israelíes en Cisjordania y el este de Jerusalén, diciendo que la práctica viola las responsabilidades del Estado judío por ser una potencia ocupante.
La declaración adoptada durante la conferencia de la Cuarta Convención de Ginebra, la cual dictamina las normas de la guerra y la ocupación militar, enfatizó la prohibición sobre colonizar tierra ocupada e insistió en que la ley humanitaria internacional sea obedecida en áreas afectadas por el conflicto entre Israel y palestinos. También hizo un llamado para que "todas las violaciones graves" sean investigadas, y que aquellos responsables de faltas sean presentados ante la justicia.
"Esta es una señal, y podemos tener esperanza de que nuestras palabras cuenten", dijo el embajador suizo Paul Fivat, quien presidió el encuentro de un día. Estados Unidos e Israel no participaron.
La misión de Israel en la ONU criticó el encuentro diciendo que éste "confiere legitimidad a organizaciones terroristas y regímenes dictatoriales donde quiera que estén, a la vez que condena a un país democrático que combate el terrorismo en concordancia con la ley internacional".
Mientras, en Luxemburgo una corte de la Unión Europea ordenó que el grupo palestino Hamas sea retirado de la lista de organizaciones terroristas de la UE por razones de procedimiento, pero indicó que el bloque conformado por 28 naciones puede mantener por ahora las cuentas congeladas a integrantes de la organización.
El grupo islamista, que busca la destrucción de Israel, alabó la decisión, pero el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu manifestó su indignación.
"Parece que muchos en Europa, en cuyo suelo fueron masacrados 6 millones de judíos, no han aprendido nada", declaró el gobernante, y agregó que Israel seguirá defendiéndose "contra las fuerzas del terror, la tiranía y la hipocresía".
El tribunal europeo falló que la incorporación de Hamas a la lista de grupos terroristas se basó en reportes de prensa e internet y "no en actos examinados y confirmados con decisiones de autoridades competentes".
La UE, que tiene dos meses para apelar, está estudiando su siguiente paso.
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