La Sala Carlos Monsiváis del Centro Cultural Tijuana ha enmarcado en los últimos días una serie de estrenos que dejan ver la intensa actividad fílmica que tiene esta región fronteriza; el público ha disfrutado de la premier El hogar al revés, un documental de Itzel Martínez; la proyección del ciclo Visor; y el estreno de la cinta La vida después, ópera prima de David Pablos.
Sumado a ello, a partir de este viernes 7 se proyectará la programación que integra el 18 Tour de Cine Francés lo que dará la oportunidad a los amantes del séptimo arte de poder apreciar las mejores producciones del cine galo del último año.
En el caso de El hogar al revés, Itzel Martínez, capta la historia de Gerardo, Omar y Santos tres adolescentes que habitan en una colonia de viviendas para la clase trabajadora de Tijuana. Además de su amistad, comparten un vacío en sus hogares: sus madres trabajan todo el día en una fábrica; cada uno a su modo soporta la monotonía, la soledad y el deseo de sobresalir. Además de la proyección el público pudo convivir con la directora y el reparto.
Respecto al estreno de la película mexicana La vida después, ópera prima de David Pablos, ganadora del premio que otorga la Federación Internacional de Críticos de Cine y Prensa (FIPRESCI), en el Festival Pacific Merdian, que se celebra en Vladivostock, Rusia, fue presentada por su director el pasado viernes.
La vida después es un retrato del apego y desapego que existe en las familias. El film, un poco a modo del road movie, entre el paisaje desértico del estado de Sonora, cuenta la relación entre dos hermanos que comienzan un viaje en busca de su madre que ha desaparecido misteriosamente, dejando solo una nota que dice: “Tuve que salir. Mamá”.
El director, de 33 años, dijo que una de las ideas de la película es que de los padres “no solo heredas los rasgos físicos, también hay un legado emocional”. Y explicó: “Es una historia familiar, relación amor/odio de los dos chicos, que tienen que ser autosuficientes porque la madre tiene un problema de depresión severo, la película es la relación de ellos dos”.
En la jerga cinematográfica, la primera película de un director es su ópera prima, que generalmente viene cargada de vivencias del autor, La vida después, no es la excepción. “La película empieza con la infancia de los personajes principales y hay escenas un poco calcadas de mi vida, es una ficción no es para nada una autobiografía pero si parte de elementos personales muy fuertes y de ciertas imágenes”, explicó el realizador.
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